INCIDENCIAS: PLAGAS Y ENFERMEDADES
Actualmente, se está detectando en el cultivo, presencia de pulgón, adultos y larvas de cásida y cercospora. Se están realizando tratamiento contra cásida y cercospora.
Aplicando el cronograma de seguimiento de plagas y enfermedades de la guía del cultivo de remolacha azucarera y teniendo en cuenta los umbrales de daños, fauna auxiliar, etc. del Reglamento, recomendamos los siguiente criterios de intervención y métodos de control. En el control de estas, siempre que sea posible se antepondrán los métodos biológicos, biotecnológicos, culturales, físicos y genéticos a los métodos químicos.
En el caso de tratamientos químicos: alternar sustancias activas de distintos grupo químicos y mecanismos de acción, no realizando más de 2 tratamientos consecutivos con la misma materia activa. Plaguicidas Producción Integrada.
ENFERMEDADES
Cercospora (Cercospora beticola): El hongo causante de esta enfermedad penetra en los estomas de las hojas de remolacha, desarrollándose en su interior. La enfermedad se manifiesta por rodales con aparición de manchas redondeadas de color grisáceo, con halos de diferente color, uno rojo y otro marrón. Conforme avanza la enfermedad, las manchas se extienden uniéndose unas con otras, hasta llegar a cubrir las hojas en su totalidad, como consecuencia las hojas acaban secándose. Si el tiempo es húmedo, en el interior de las manchas, aparecen puntuaciones negras rodeadas de una gran masa algodonosa y blanquecina (órgano reproductor del hongo). Los daños ocasionados por esta enfermedad son elevados por varios motivos: pérdida de masa foliar y el rebrote de la planta hace consumir las reservas de la raíz, disminuyendo así la pérdida de azúcar.
Mal del pie o pie negro (Aphanomyces, Pythium, Phoma y otros): La caída de plántulas (Damping-off), mal del pie o pie negro de la remolacha azucarera es causada principalmente por hongos filamentosos tipo Aphanomyces spp., Pythium spp. o Phoma betae. Cuando estos hongos atacan a las plántulas, producen el pie negro por necrosis de la raíz que toma aspecto de hilo negro, de ahí su nombre, llegándose a producir la muerte de la planta.
Lepra (Physoderma leproides): Se conoce poco el ciclo de Physoderma leproides, así como la epidemiología de la enfermedad, pero se sabe que las estaciones húmedas le son favorables. Este hongo produce en hojas unas agallas esféricas gruesas y rojizas; y en la corona producen tumores rojizos o marrón-grisáceo unidos a la raíz por un estrecho pedúnculo. El corte del tumor revela pequeñas puntuaciones marrones que son esporangios del hongo llenos de esporas. La descomposición del tejido del tumor libera los esporangios del patógeno y provocan la extensión de la enfermedad. Generalmente no se considera una enfermedad de importancia económica, aunque en los últimos años parece tener mayor incidencia.
PLAGAS
Gusano de alambre (Agriotes spp.): Las larvas viven en el suelo durante varios años (2 a 5) y se alimentan de las partes subterráneas (raíces, tubérculos y bulbos) de una amplia gama de plantas. Son alargadas, brillantes, amarillo-anaranjadas, de unos 20 mm de longitud. Su consistencia es dura, lo que da lugar a su nombre vulgar. Tienen un fuerte aparato bucal masticador y se mueven rápidamente en el suelo. Dañan a la remolacha al alimentarse de las plántulas: muerden las pequeñas raíces y el hipocotilo. Los daños son especialmente graves cuando se cultiva remolacha detrás de alfalfa o praderas.
Gusanos grises (Agrotis segetum y otros): Se denomina así a un conjunto de especies de noctuidos que corresponde a un complejo de especies de Agrotis y otros lepidópteros, en los cuales las larvas tienen unos colores grisáceos, son lisas y brillantes. Cuando las larvas están desarrolladas viven en el suelo. Los adultos son de colores apagados. La especie más comúnmente encontrada en la remolacha es Agrotis segetum. Son orugas que comen por la noche y durante el día permanecen enterradas en el suelo y enroscadas. Atacan el cuello de las plántulas de remolacha y las secan. Tienen una distribución típica por rodales. Se dan más en climas frescos que en los cálidos.
Cleonus (Temnorhinus mendicus): Se trata de un curculiónido de 18 o 20 mm. que produce daños en estado adulto y de larva. Presenta una generación anual, apareciendo los adultos con las lluvias de otoño y, posteriormente, en invierno-primavera. El adulto es un insecto alargado, de coloración grisácea, más o menos oscuro, con manchas blancas en la base de los élitros y una corta línea basal en los mismos; llevan por debajo ligeras manchas negruzcas. Los adultos que salen en otoño atacan las plántulas recién nacidas, mientras que las larvas de los adultos que aparecen a finales de invierno sólo afectan a la raíz.
Noctuidos (Spodoptera exigua): El adulto es una mariposa de 2 cm y la larva de 3 cm, siendo esta de color verde. Hacen la puesta en plantas de remolacha. Los adultos no son perjudiciales, pero las orugas son muy voraces. El nombre vulgar proviene de su hábito de alimentarse por las noches; generalmente las larvas pasan el día enterradas en los primeros centímetros de suelo y entre las hojas secas; al atardecer suben a la parte aérea o comen alrededor de la corona, dependiendo de las especies. Los daños son más graves cuanto más pequeña está la planta; las larvas coinciden a veces con las primeras fases de desarrollo del cultivo, provocando una notable reducción en el número de plantas y ralentizando el desarrollo.
Mosca (Pegomyia betae): Las hembras realizan su puesta en el envés de la hojas en grupos de 3 a 8 y cuando los huevos eclosionan las larvas penetran en el interior de las hojas alimentándose de su parénquima. Este díptero no suele ocasionar graves daños, pese a estar muy extendido. Tiene dos generaciones anuales, una en primavera y otra en otoño, siendo esta última la de mayor riesgo para el cultivo, ya que este se encuentra en estado de plántula. La larva tiene un tamaño medio de 6-8 mm y se desarrolla en la epidermis de las hojas.
Además de estas plagas específicas del cultivo, no hay que dejar de vigilar a estos otros invasores de nuestras parcelas, que tanto daño pueden llegar a ocasionar:
Pájaros: colocar espantapájaros o cañones para ahuyentarlos.
Roedores: colocar malla de 40-50 cm en el perímetro de la parcela.
Caracoles y babosas: control químico.
Podéis consultar el método de control químico para cada una de las Plagas/Enfermedades en el Cuadro nº 6 del Reglamento.
También, en la página web de la Junta de Andalucía: Red de Alerta e Información Fitosanitaria (https://www.juntadeandalucia.es/agriculturapescaydesarrollorural/raif/inicio), se puede encontrar información detallada sobre cualquier plaga, enfermedad o adversidad, así como el informe fitosanitario provincial de cada uno de sus cultivos.
Protocolo de Campo para el Seguimiento del Cultivo de Remolacha Azucarera
Relación de Sustancias Activas Autorizadas en Producción Integrada Remolacha (Herbicidas)
Para cualquier consulta puedes ponerte en contacto con el técnico de Producción Integrada de ASAJA Cádiz.