INCIDENCIAS: PLAGAS Y ENFERMEDADES
Se recomienda utilizar semilla protegida o proteger la siembra con los insecticidas y fungicidas que figuran en el Cuadro nº 3 del Reglamento, como tratamiento preventivo contra plagas de suelo y enfermedades.
Enfermedades: Es muy importante elegir la parcela donde se va a implantar el cultivo y se recomienda no sembrar en parcelas con antecedentes en Nematodos o con un nivel superior a 150 huevos + juveniles/100 gr. suelo. Tampoco se recomienda sembrar en parcelas donde se haya detectado Podredumbre blanca o Esclerocio, ya que aún no se conocen tratamientos para luchar contra este tipo de enfermedades.
Plagas: Varias especies de Noctuidos hacen la puesta en plantas de remolacha. Los adultos no son perjudiciales, pero las orugas son muy voraces. El nombre vulgar proviene de su hábito de alimentarse por las noches; generalmente las larvas pasan el día enterradas en los primeros centímetros de suelo y entre las hojas secas; al atardecer suben a la parte aérea o comen alrededor de la corona, dependiendo de las especies.
Los daños son más graves cuánto más pequeña está la planta; las larvas coinciden a veces con las primeras fases de desarrollo del cultivo, provocando una notable reducción en el número de plantas y ralentizando el desarrollo.
Las larvas del Gusano de alambre (Agriotes spp.) viven en el suelo durante varios años (2 a 5) y se alimentan de las partes subterráneas de una amplia gama de plantas. Son alargadas, brillantes, amarillo-anaranjadas, de unos 20 mm de longitud. Su consistencia es dura, lo que da lugar a su nombre vulgar. Tienen un fuerte aparato bucal masticador y se mueven rápidamente en el suelo.
Dañan a la remolacha al alimentarse de las plántulas: muerden las pequeñas raíces y el hipocotilo. Los daños son especialmente graves cuando se cultiva remolacha detrás de alfalfa o praderas.
Época también de Cleonus (Temnorhinus mendicus) los podemos encontrar en las plántulas, es un curculiónido de gran tamaño (18-20 mm) que produce daños tanto en estado adulto como en estado de larva.
Esta plaga es frecuente en el sur de España y se recrudece tras los años de sequía.
A pesar de que posee alas, sus desplazamientos los realiza andando.
Pasa el verano en estado adulto, enterrado en el suelo. Con la lluvia de otoño entra en actividad, buscando remolacha para alimentarse. Las primeras invasiones se producen en la nascencia de la remolacha, el insecto se alimenta de la plántula y a veces pueden hacer necesaria la resiembra.
Cásida o Chinche (Cásida Vittata).
La cásida o chinche de la remolacha que habita en España es Casida vittata. Es un crisomélido de fácil identificación por presentar los élitros un color verde-metálico. Esta plaga es endémica del Sur de España. Los adultos llegan al cultivo en el mes de febrero-marzo y comienzan a hacer las puestas, en huevos aislados o pareados, sobre todo por el envés de las hojas. Las larvas tienen un aspecto muy característico y van acumulando y transportando sus propios excrementos. Normalmente en el cultivo hay 2 generaciones, aunque es la 1ª generación la que produce daños.
Síntomas y daños.
Tanto los adultos como las larvas se alimentan del parénquima foliar, produciendo un daño de aspecto típico de «perdigonada».
Con poblaciones altas y ataques tempranos (finales de invierno-principios de primavera) se produce una grave pérdida de superficie foliar.
Control de la adversidad.
Los huevos de Cásida son muy sensibles a los piretroides; en este estadío se reducen de forma drástica los daños, se detectan y cuantifican fácilmente las poblaciones y las dosis y productos usados son más económicos que los tradicionales. La puesta generalmente está suficientemente concentrada para que una única aplicación sea suficiente.
Sin embargo los piretroides no tienen eficacia sobre las larvas y los adultos. En este caso es necesario usar clorpirifos. En condiciones de ataque normales es suficiente con una sola aplicación.
Cercospora.
Síntomas: El síntoma característico de Cercospora es la aparición sobre el limbo de numerosas manchas pequeñas, redondeadas, marrones claras, a veces rodeadas de un halo marrón oscuro o rojizo. La diferente reacción de las variedades condiciona el tamaño y la coloración de la mancha y, frecuentemente, se confunden con bacteriosis, ramularia…
Al avanzar la enfermedad las manchas se juntan y acaban provocando la desecación total de las hojas infectadas. Con tiempo húmedo, aparecen dentro de las manchas puntuaciones negras y una ligera masa algodonosa grisácea, que son los órganos multiplicadores.
Cuando el ataque es fuerte se produce una importante defoliación. La planta entonces emite nuevos brotes foliares que pueden ser también destruidos.
El hongo sobrevive en residuos vegetales, lo que constituye la principal fuente de inóculo primario para nuevas infecciones. En condiciones húmedas se forman nuevas esporas que se extienden por el viento y las salpicaduras de la lluvia, germinan sobre las hojas y penetran en el interior.
La germinación de las esporas se produce cuando la humedad relativa es mayor del 90%; el período de incubación es dependiente de la temperatura: 7 días a 28ºC y 14 días a 20ºC.
Distribución : Esta enfermedad aparece en todas las zonas remolacheras y, en las zonas endémicas, los primeros ataques aparecen frecuentemente a últimos de marzo-primeros de abril. En siembras tempranas, los primeros síntomas pueden aparecer en invierno.
Se han observado adultos de Cásida en la gran mayoría de las parcelas, las puestas y larvas han empezado a observarse en la 2ª quincena de este mes pero aún sin llegar a umbrales de tratamiento.
Se aconseja estar muy pendiente de la evolución de esta plaga, ya que su evolución es rápida y el daño sobre el cultivo puede ser importante si no se controla a tiempo y adecuadamente.
Referente a las enfermedades, se siguen observando manchas de cercospora, las futuras lluvias y los sucesivos riegos que se le dan al cultivo pueden favorecer los niveles de esta y otras enfermedades.
Para cualquier consulta puedes ponerte en contacto con el técnico de Producción Integrada de ASAJA-Cádiz.